La sexualidad del colectivo gay ha estado marcada durante mucho tiempo por mitos y estereotipos que limitan la libertad de cada persona. “Los gays son promiscuos”, “los gays solo piensan en sexo”, “los gays siempre son femeninos” o “los gays se comportan de cierta manera”: son frases que muchos han escuchado, que se repiten en la sociedad y que, a menudo, generan culpa, miedo o confusión.
La verdad es que ninguna de estas ideas define la sexualidad de alguien porque cada persona vive, siente y desea a su manera. Además, no venimos enseñados a explorar nuestra propia sexualidad; nadie nos enseña a reconocer nuestros deseos, nuestros límites o cómo conectar con el propio cuerpo y nuestras emociones. Por eso es fundamental aprender a descubrirla de manera consciente, sin máscaras y con autenticidad.